La palabra «tipografía» germina del griego τύπος [típos], ‘golpe’ o ‘huella’, y γράφω [gráfο], ‘escribir’. En todo su conjunto inabarcable, la tipografía se constituye como el arte y la técnica en el manejo de tipos para crear trabajos de impresión. Como toda huella, su forma estará condicionada por la herramienta que la moldea y que la trasfiere.
Y parió la barcino…
El diseño de cualquier imagen gráfica, exige prestar atención a este arte, ya que, en su fin comercial, se necesita llegar al espectador de una forma clara e identificativa. El diseño de un logotipo no es tarea fácil, sobre todo si quieres que sea duradero, legible y trasmita tu marca de forma directa. Cuando nos embarcamos en la creación del logotipo de Género Fresco teníamos muy clara la importancia de una buena imagen y su poder comunicativo. El propio nombre del proyecto, ya es un juego ambiguo de palabras evocadoras, pero ¿..y qué es Género Fresco? O mejor dicho, ¿qué quiere evocar Género Fresco?
Logotipo de Género Fresco; tipografía y mucha tinta.
Desde el principio quisimos que el logotipo de Género Fresco transmitiera el oficio de trabajar con las manos, su trabajo artístico de taller, la parte de artesanos que todos llevamos dentro. Algo insustituible con una herramienta digital. También que reinara la sencillez y que la tipografía tuviera mucho peso. Todos estos factores apuntaban a trabajar con tipos de plomo o de madera. Así que nos pusimos a trabajar con las tipografías de plomo y de madera que tenemos en el estudio. Tenemos la suerte de poder trabajar con una imprenta barcino manual de Leipzig del siglo pasado, una belleza que estampa a media cuartilla.
En nuestra investigación trabajamos con diversas tipografías, diferenciación entre mayúsculas y minúsculas, también con signos gráficos y de puntuación, que dieron como resultado una gran cantidad de impresiones. Después de estampar todas las pruebas tipográficas sólo quedaba elegir cual de ellas iba a ser la nuestra…
Género fresco nacía desde las entrañas de una máquina de hierro fundido, 70 kilos, un brazo manual y dos rodillos de caucho, ¡chan tachachán!
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